miércoles, 17 de marzo de 2010

FORTUNATA Y JACINTA

(fragmento)
"Echose mi nombre a la calle y tiró por la de Mira el Río Baja, cuya cuesta es tan empinada, que se necesita hacer algo de volatines para no ir rodando de cabeza por aquellos pedernales. Ido la abajó casi como la bajan los chiquillos, de un aliento, y una vez en la explanada que llaman el Mundo Nuevo, su espíritu se espació como un pájaro lanzando a los aires. Empezó a dar resoplidos, cual si quisieras meter en sus pulmones más aire del que cabía y sacudió el cuerpo como las gallinas. El picorcillo del sol le agradaba, y la contemplación de aquel cielo azul, de incomparable limpieza y afinidad, daba alas a su alma, voladora. Candoroso e impresionable, don José era como los niños o los poetas de verdad, y las imágenes, de un relieve extraordinario.Todo lo vaía agrandado hiperbólicamente o empequeñecido, según los casos Cuando estab alegre, los objetos se revestían a sus ojos de maravillosa hermosura; "todo le sonreía", según la expresión común que le gustaba mucho usar. En cambio, cuando estaba afligido, era lo más frecuente, las cosas más bellas se afeaban, volvíéndose negras, y secubrían de un velo..., parecíale más propio decir de "un sudario".
Aquel día estaba el hombre de buenas, y la excitación de la dicha hacíale más poeta que veces. Por eso el campo de Mundo Nuevo, que es el sitio más desamparados y más feo del globo terráqueo, que le pareció una bonita plaza. Salió a la Ronda y echó miradas de artistas a una parte y ala otra. Allí, la puerta de Toledo, ¡qué Gas...¡oh prodigios de la industria!...luego, el cielo espléndido y aquellos lejos de Carabanchel, perdiéndose en la inmensidad, con remedos y aun con murmullos de océano...,¡sublimidades de Naturaleza!..."
BENITO PÉREZ GALDÓS

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